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No es la primera vez que este tema ha sido tocado, pero observo que aun así muchas personas confunden meditar con visualizar. La meditación no es propia de la mente, va mucho más allá. Si usted logra desconectarse de la mente, de apagarla por un instante, entonces estará en meditación.

La meditación no es una técnica, no es un esfuerzo, porque todo lo que la mente es capaz de hacer no llega nunca a ser meditación. La mente no puede acceder a ella, sencillamente porque donde termina la mente comienza la meditación. Cualquier cosa que hagamos en la vida será siempre a través de la mente; entonces cuando la soltamos y tenemos tiempo libre ella entra en nosotros, allí florece la meditación.

Encuentro con el interior:

La meditación es el encuentro con el interior: el conocimiento de nosotros mismos. Para llegar a ello, no puede existir ninguna prisa, es una espera muy profunda. Ella no necesita técnicas especiales, siempre ha estado con nosotros porque es nuestro propio ser, no podemos poseerla, no podemos tenerla, ella simplemente es lúdica, es danza, es poesía, es silencio, es libertad, es transformación.

“Si durante unas pocas horas al día estás sin la mente, reunirás tanta energía que te mantendrás joven, fresco y creativo”- Osho 

Si quiere aprender a meditar es importante que comience a separase de la mente, a ser testigo de sus pensamientos. Es como ir al cine y ver como rueda la película, no podemos parar los cuadros de las escenas, simplemente observamos. La contemplación es la clave de la meditación. No haga nada, no diga nada, no repita nada, no interponga la mente, no la perturbe, simplemente limítese a ser observador.

Así se va vaciando la mente y lentamente la energía se transforma, sin emitir juicios o evaluación alguna, el resultado es salir de la mente y cuando se sale de la mente se está en meditación. Si utilizamos ayudas estamos programando la mente y se perderá el sentido de la meditación. 

Recuerde que el pensamiento es una función de la mente.

Podemos estar en meditación mientras cocinamos, bailamos, escribimos, etc. Cualquier actividad se puede realizar en meditación porque no es una actitud, es un sentir, es Ser, es entrega. Es el disfrute del vivir, de realizar ese determinado acto sin pensar, sin dirigir la mente, sin utilizar herramientas.

No es fácil llegar 

No es fácil llegar a la meditación, porque nos cuesta trabajo comprender nuestras motivaciones inconscientes. Tomemos por ejemplo al jefe que llega molesto a la oficina y por cualquier motivo grita a uno de sus subalternos. Luego se justifica diciendo que debe corregir determinado error, pero con seguridad está tratando de reparar algo que internamente le está perturbando y le cuesta mucho reconocerlo. Esto sucede igualmente con la mamá o el papá que golpea al hijo, el novio que le grita a la novia, el marido o la esposa infiel, y así… son cadenas de justificaciones impulsadas desde nuestro inconsciente.

Al entrar en la meditación liberamos los miedos, aclaramos la visión de nuestra vida. Disfrutamos y somos conscientes de lo que acontece. Así, si va a tener una contrariedad será más consciente de ella, del porqué y de las consecuencias que ella traerá.

La vida actual exige que aprendamos a meditar, es ahora una cuestión de vida o muerte porque permite equilibrar lo externo con lo interno. La meditación le permitirá recobrar su juventud, su jovialidad, su tranquilidad y armonía, de volver a ser niño otra vez y con seguridad de tener mejor capacidad de aprendizaje de la vida.

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