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El 04 de junio, antes de la alineación de Venus con el sol, se producirá un eclipse parcial de luna. Este acontecimiento, tantas veces nombrado y conocido como el tiempo que antecede al fin del quinto sol anunciado por los mayas, ha llegado.

El eclipse, Sol en Géminis – Luna en Sagitario, nos habla del conocimiento ancestral que habita en la consciencia del hombre y subyace en todas las manifestaciones de la vida sobre la tierra, en el cosmos. La mente del hombre puede construir formulas sólidas y válidas mientras evoluciona. El cuerpo y el ego son esenciales para poder funcionar en el mundo de la materia, pero el hombre debe desarrollar la capacidad de trascender las limitaciones de la materia para que pueda enfrentar mejor las crisis actuales del mundo.

Los días 5 y 6 de junio: Paso del planeta Venus por delante del disco solar.

Un acontecimiento celeste poco común.

Se podrá observar como un círculo negro (Venus) que se mueve lentamente; esta travesía puede tener una duración aproximada de 6 horas. El hemisferio occidental podrá observarlo a partir del día 05 en horas de la tarde y el hemisferio oriental, en horas de la mañana del día 06.

El movimiento planetario es bastante significativo; Marte desde Virgo cuadrará al sol y a Venus retrógrado que transitan por Géminis, advirtiéndonos que es el momento de poner mas atención, enfatizar y “honrar” los principios que estos tres planetas representan. Por otro lado, la luna conjuntará al planeta Plutón que se encuentra en Capricornio, aumentando la sensibilidad y sacando a la luz lo que ha permanecido oculto, para bien o para mal. Neptuno desde Piscis va alterando los estados emocionales y psíquicos.

Podríamos decir que estos acontecimientos abren los sellos para que justamente lo más oscuro se ponga de manifiesto y la humanidad evolucione, confronte su sombra y cree nuevos espacios compasivos en su corazón que le permitan asumir el control de su propia vida y cambien el curso de los acontecimientos sin dejarse arrastrar por la complacencia.

Implicaciones

La trasgresión de estas energías puede potenciar un desequilibrio en las relaciones diplomáticas, sociales, afectivas y económicas que perjudican en cierto modo el ritmo de la cosas, dando lugar a actitudes que involucran un alto grado de grosería e irrespeto, llevando a la exacerbación de la sexualidad, celos, deseos desmedidos. Este tipo de energías llevan a escándalos, atropellos, revueltas, marchas y huelgas que pueden ir acompañadas de actos violentos y desmanes.

Si somos capaces de aprovechar el momento para conocer más profundamente todo aquello que perturba la sensibilidad sin tener que explotar en forma destructiva, poco a poco iremos aprendiendo a colmar las propias necesidades con más autoconfianza, sin exigencias, con paciencia y tolerancia hasta llegar a la paz. En resumen, podemos lograr que los cambios actuales que son inevitables se realicen en forma menos destructiva y más pacifica.

Los procesos comienzan en el interior del hombre, en lo particular cada uno puede lograr una vida más gratificante y placentera si examina con atención las elecciones y decisiones que realiza para lograr lo que realmente necesita y quiere.

El 2012 es y seguirá siendo un año de transición, el universo continuamente bombardea la Tierra con oleadas de nuevas energías cósmicas y la gran familia humana pasará ciertamente por grandes trasformaciones en el plano social, económico y político.

De todo esto, lo importante es aprender a dejar las quimeras y fantasías del nuevo paradigma. Con los pies bien sembrados en la tierra, lograr reconocer la existencia Divina en cada uno para que la expresión de la materia corresponda a las verdaderas necesidades y se conviertan en el poder perdurable del conocimiento, al igual que las esfinges de las pirámides han sido testigos custodios de una tradición.

Somos los Heraldos de una nueva era, semillas de un nuevo ciclo de existencia, y ojalá que este fin del quinto sol abra el entendimiento y permita abrazar las sombras e integrar de una vez por todas la luz con la oscuridad, para perder definitivamente el miedo a vivir en plenitud.